Melody Lenguaje del adiós Septiembre 2021
EL LENGUAJE DEL ADIÒS
LECCIÒN SEPTIEMBRE 01
Paciencia
A veces obtenemos lo que queremos inmediatamente. Otras, nos preguntamos si alguna vez serán satisfechos nuestros deseos.
Seremos satisfechos de la mejor manera y lo más pronto posible, pero algunas cosas llevan su tiempo. A veces, primero tenemos lecciones que aprender, lecciones que nos preparan para aceptar lo bueno que merecemos. Se están resolviendo las cosas dentro de nosotros y dentro de los demás. Se nos están quitando obstáculos que teníamos.
Se están echando sólidos cimientos.
Sé paciente. Relájate y confía. Déjalo ir. Luego, déjalo ir otro poco. Se han planeado para nosotros cosas buenas. Las recibiremos en el primer momento disponible. Tendremos todo lo que nuestro corazón anhela.
Relájate y confía.
Hoy identificaré lo que quiero y necesito; luego, estaré dispuesto a dejarlo ir. Dedicaré mi energía a vivir mi vida hoy, para que pueda dominar mis lecciones lo más pronto posible. Confiaré en que está por llegarme lo que quiero y necesito. Dejaré ir mi necesidad de controlar los detalles.
VIDEO
https://youtu.be/9atF34GRkOo
LECCIÒN SEPTIEMBRE 02
Desapeguémonos de los hijos con amor
Una cosa es soltar a mi marido y dejar que él sufra las consecuencias. Pero ¿Cómo soltar a mis hijos? ¿No es diferente con los hijos? ¿No tenemos responsabilidades como padres?
Un miembro de Al-Anón
Tenemos otras responsabilidades diferentes para con nuestros hijos y para con otros adultos. Somos económicamente responsables de nuestros hijos; somos responsables de satisfacerles sus necesidades físicas y materiales.
Necesitamos enseñarles a nuestros hijos a bastarse por sí mismos, desde cómo atarse los zapatos hasta cómo hacer planes sociales.
Necesitan nuestro amor y nuestra guía. Necesitan que se les haga respetar consistentemente los límites, una vez que los hemos establecido. Necesitan un ambiente de apoyo y cariño para crecer.
Necesitan ayuda para aprender valores.
Pero nosotros no tenemos la responsabilidad de controlar a nuestros hijos. Contrariamente a la creencia popular, el controlar no funciona. Funciona la disciplina y el cariño si se les combina. La vergüenza y el sentimiento de culpa interfieren con el aprendizaje de nuestros hijos y con nuestro papel de padres. Necesitamos responderles a nuestros hijos de una manera responsable y hacerlos responsables de sus acciones de acuerdo con su edad. Sólo necesitamos hacer nuestro mejor esfuerzo.
Podemos dejar que nuestros hijos sigan su propio proceso de vida; nosotros podemos tener el nuestro y podemos cuidar de nosotros mismos durante ese proceso. Busquemos el equilibrio. Busquemos la sabiduría. No busquemos tener el control, sino adueñarnos de nuestro poder como personas que somos, como padres.
Hoy Dios mío, ayúdame a encontrar un equilibrio adecuado de responsabilidad con mis hijos. Ayúdame a educarlos con cariño y disciplina en vez de aplicar el control.
VIDEO
https://youtu.be/oKbUhoQNLbs
LECCIÒN SEPTIEMBRE 03
El poder de la palabra
Sé que soy controladora, pero mi marido también lo es. Posiblemente él es más controlador que yo. Cada vez que he estado dispuesta a dejarlo, cada vez que he empezado a irme, él ha sabido decir las palabras exactas para detenerme. Y él sabia que yo respondería. El sabía decir exactamente lo que yo necesitaba escuchar para quedarme ahí donde él quería que me quedara. El sabía lo que estaba haciendo, y sabía lo que yo haría, porque después de que empecé a recuperarme, me lo confesó.
Anónimo
Algunos de nosotros somos así de vulnerables a las palabras.
Un "te quiero" dicho a tiempo. Un momento escogido para decir "lo siento". Una disculpa expresada en el tono correcto de voz. Una palmadita en la cabeza. Una docena de rosas. Un beso. Una tarjeta de felicitación. Unas cuantas palabras que prometen un amor aún no manifestado pueden mantenernos en la negación. A veces pueden mantenernos negando que se nos ha mentido, maltratado o que se ha abusado de nosotros.
¡Hay aquellos que deliberadamente se proponen dominarnos, controlarnos y manipularnos a través de palabras baratas! ¡Conocen, entienden perfectamente nuestra vulnerabilidad a unas cuantas palabras dichas a tiempo! Penetran nuestra ingenuidad. Saben lo que están haciendo. ¡Entienden el impacto que tienen sobre nosotros!
No tenemos por qué darle tanto poder a las palabras, aunque esas palabras sean justamente las que queremos y necesitamos escuchar, aunque suenen tan bien, aunque parezcan detener el dolor.
Tarde o temprano llegaremos a darnos cuenta de que si la conducta no está de acuerdo con las palabras de una persona, estamos permitiendo que se nos controle, que se nos manipule, que se nos engañe. Tarde o temprano llegaremos a darnos cuenta de que es una charla barata, a menos que la conducta de la persona esté de acuerdo con ella.
Podemos llegar a exigir congruencia entre la conducta y las palabras de aquellos que nos rodean. Podemos aprender a no ser manipulados, o dominados, por la charla barata.
No podemos controlar lo que hacen los otros, pero podemos escoger nuestras propias palabras y nuestro propio curso de acción. No tenemos por qué dejar que la charla barata, dicha a buen tiempo, nos controle, aunque las palabras que escuchemos sean exactamente las que queremos oír para que cese nuestro dolor.
Hoy dejaré ir mi vulnerabilidad a las palabras. Dios mío, ayúdame a confiar en mí mismo para conocer la verdad, aunque se me esté engañando. Ayúdame a apreciar aquellas relaciones donde hay congruencia. Ayúdame a creer que merezco congruencia y verdad en la conducta y en las palabras de aquellos que me importan.
VIDEO
https://youtu.be/8_9ZnLkS8mg
LECCIÒN SEPTIEMBRE 04
Encontremos una dirección
Yo solía pasar tanto tiempo reaccionando y respondiendo a todos los demás, que mi vida no tenía una dirección. La vida de otras personas, sus problemas y deseos disponían el curso de mi vida. Una vez que me di cuenta de que estaba bien que pensara en lo que quería y lo identificara, empezaron a tener lugar en mi vida cosas notables.
Anónimo
Cada uno de nosotros tiene una vida que vivir, una vida que tiene un propósito y un significado. Podemos ayudarle a nuestro Poder
Superior a que dé dirección y propósito a nuestra vida fijando metas.
Podemos fijar metas anual, mensual o diariamente en tiempos de crisis. Las metas crean una dirección y un ritmo; las metas nos ayudan a tener una vida gobernable dirigida de acuerdo con el curso que hemos elegido para nosotros mismos.
Podemos ayudarnos a dar dirección a nuestras vidas fijando metas.
Hoy prestaré atención a fijar para mi vida un curso de acción, en vez de dejar que me arrastre cualquier viento.
VIDEO
https://youtu.be/EMDplPEagDw
LECCIÒN SEPTIEMBRE 05
Paso Diez
Continuamos haciendo nuestro inventario personal y cuando nos equivocábamos, lo admitíamos inmediatamente.
Paso Diez de Al-Anón
Una vez que hemos llegado hasta este Paso, podemos mantener nuestra autoestima e incrementarla trabajando en forma regular el Paso Diez.
Este paso incorpora el proceso por el que hemos atravesado en los Pasos del Cuatro al Nueve. No trabajamos este Paso para castigarnos ni para tenernos bajo un microscopio que es constantemente crítico y degradante.
Lo trabajamos para mantener la autoestima y la armonía en nuestra relación con nosotros mismos y con los demás. Lo trabajamos para seguir en el camino.
Cuando surge un asunto o problema que necesita nuestra atención, lo identificamos y lo discutimos abiertamente, por lo menos con una persona segura y con Dios. Lo aceptamos. Estamos dispuestos a dejarlo ir. Le pedimos a Dios que lo aparte de nosotros. Tenemos un cambio de corazón al estar dispuestos a hacer cualquier reparación del daño que se requiere, a hacer lo que sea necesario para cuidar de nosotros mismos. A tomar una acción apropiada para resolver el asunto. Y luego a dejar ir la culpa y la vergüenza.
Esta es una simple fórmula para cuidar de nosotros mismos. Así es como cambiamos. Así es como somos cambiados. Este es un proceso para curar y estar sanos. Este es un proceso para lograr autoresponsabilidad y autoestima.
La próxima vez que hagamos algo que nos moleste, que sintamos que nos hemos salido del camino o que hemos perdido el rumbo, no tenemos que desperdiciar nuestro tiempo y energía sintiéndonos avergonzados.
Podemos seguir el Paso Diez. Dejar que se dé el proceso. Y proseguir con nuestra vida.
Dios mío, ayúdame a practicar éste y los otros Pasos como una forma habitual de responder la vida y a mis asuntos. Ayúdame a saber que soy libre de vivir, de permitirme a mí mismo experimentar con la vida y de experimentar la vida. Si pierdo el rumbo, o si surge algún asunto que exija mi atención, ayúdame a lidiar con ello usando el Paso Diez.
VIDEO
https://youtu.be/eWpKcL2sdXo
LECCIÒN SEPTIEMBRE 06
Lo bueno del Paso Diez
El Paso Diez dice: “Continuamos haciendo nuestro inventario personal y cuando nos equivocábamos, lo admitíamos inmediatamente”. No sugiere que ignoremos lo que es correcto en nuestra vida. Dice que continuemos haciendo un inventario personal y que nos mantengamos concentrados en nosotros mismos.
Al hacer un inventario, queremos ver muchas cosas. Podemos buscar sentimientos que necesitan nuestra atención. Podemos ver si se está deslizando furtivamente la baja autoestima. Podemos buscar viejas maneras de pensar, de sentir y de comportarnos. Podemos buscar errores que necesiten corregirse.
Pero una parte vital de nuestro inventario es también concentrarse en lo que estamos haciendo bien y en todo lo bueno que hay a nuestro alrededor.
Parte de nuestra codependencia consiste en concentrarnos obsesivamente en lo que está mal y en lo que podemos estar haciendo mal, sea real o imaginario. En la recuperación estamos aprendiendo a concentrarnos en lo que está bien.
Mira sin miedo, con ojos amorosos, positivos. ¿Qué hiciste bien hoy?
¿Te comportaste distinto hoy a como lo hubieras hecho hace un año?
¿Buscaste a alguien y te permitiste ser vulnerable? Puedes felicitarte por ello.
¿Tuviste un mal día pero lidiaste con él en forma eficaz?
¿Practicaste la gratitud o la aceptación? ¿ Tomaste un riesgo, te adueñaste de tu poder o fijaste un límite? ¿Te hiciste responsable de ti mismo de una forma que no la hubieras hecho antes?
¿Te diste tiempo para la plegaría y la meditación? ¿Confiaste en Dios? ¿Dejaste que alguien hiciera algo por ti?
Aún en nuestros peores días, podemos encontrar una cosa que hayamos hecho bien. Podemos encontrar algo que nos haga sentir esperanzados. Podemos encontrar algo que anticipar. Podemos concentrarnos realistamente en las visiones de lo que puede ser.
Dios mío, ayúdame a dejar ir mi necesidad de permanecer inmerso en la negatividad. Puedo cambiar en mí mismo y en mi miedo la energía negativa en energía positiva. También me esforzaré por encontrar una cualidad que me guste en alguien más que sea importante para mí, y correré el riesgo de decírselo a él o a ella.
VIDEO
https://youtu.be/XEj23PS72SI
LECCIÒN SEPTIEMBRE 07
Impotentes sobre los demás
Dejemos de disculpar a las otras personas.
Dejemos de disculparnos a nosotros mismos.
Aunque es nuestra meta desarrollar la compasión y lograr el perdón, la aceptación y el amor, también es nuestra meta aceptar la realidad y hacer que la gente sea responsable de su propia conducta. Podemos también hacernos nosotros responsables de nuestra propia conducta y, al mismo tiempo, tenernos compasión, ser comprensivos con nosotros mismos. Cuando nos declaramos impotentes, no nos estamos declarando irresponsables. No tenemos el poder de controlar a los demás, lo que hacen, lo que hicieron, o lo que podrían hacer. Estamos declarando que estamos dispuestos a dar fin a una vida ineficaz basada en la fuerza de voluntad y en el control. Y estamos comenzando un viaje espiritual, mental y emocional en el que asumimos la responsabilidad que tenemos para con nosotros mismos.
No somos víctimas. No estamos desamparados. Aceptar la impotencia cuando eso es lo adecuado nos capacita para adueñarnos de nuestro verdadero poder para cuidar de nosotros mismos.
Hoy evitaré disculparme por mi propia conducta o por la de alguien más. Dejaré que las consecuencias y las responsabilidades recaigan donde correspondan.
VIDEO
https://youtu.be/z61q9P1nBhw
LECCIÒN SEPTIEMBRE 08
Paremos nuestro dolor
Algunos de mis sentimientos han estado guardados tanto tiempo que se han quemado por congelación.
Más allá de la codependencia
Hay muchas fuentes de dolor en nuestra vida. Aquellos que nos estamos recuperando de problemas como hijos adultos de alcohólicos y de codependencia frecuentemente tenemos un pozo negro de dolor no resuelto del pasado. Tenemos sentimientos, a veces desde la niñez hasta el presente, que o bien son demasiado dolorosos de sentir o no habíamos tenido permiso ni apoyo para lidiar con ellos.
En nuestra vida hay también otras fuentes inevitables de dolor.
Están la tristeza y la pena que nos vienen cuando experimentamos un cambio, incluso un buen cambio, cuando dejamos ir una parte de nuestra vida y empezamos nuestro viaje hacia una nueva.
Hay dolor en la recuperación, a medida que empezamos a permitirnos sentir y vamos despojándonos de nuestro escudo protector de negación.
Está el dolor que nos lleva y nos guía a tomar mejores alternativas para nuestro futuro.
Tenemos muchas opciones para detener este dolor. Podemos haber experimentado con diferentes alternativas. Las conductas compulsivas y adictivas detienen el dolor, temporalmente. Podemos haber usado alcohol, otras drogas, relaciones o el sexo para detener nuestro dolor.
Podemos usar la religión para evitar nuestros sentimientos.
Podemos recurrir a negar lo que estamos sintiendo para hacer cesar nuestro dolor.
Podemos permanecer ocupados para no tener tiempo parar sentir.
Podemos usar el dinero, el ejercicio o la comida para detener nuestro dolor.
Tenemos muchas alternativas. Para sobrevivir, podemos haber utilizado algunas de estas opciones, solo para descubrir que eran “tiritas”, que aliviaban temporalmente el dolor pero no solucionaban el problema. No detenían realmente nuestro dolor; lo posponían.
En la recuperación hay una alternativa mejor para que podamos detener el dolor. Podemos enfrentarlo y sentirlo. Cuando estemos listos, con la ayuda de nuestro Poder Superior, podemos reunir el valor para sentir el dolor, dejarlo ir y dejar que nos lleve hacia delante, a una nueva decisión, a una vida mejor.
Podemos dejar las conductas que estamos siguiendo y que nos causan dolor si eso es apropiado. Podemos tomar la decisión de apartarnos de situaciones que causan un dolor repetido, similar. Podemos aprender la lección que nuestro dolor está tratando de enseñarnos.
Si estamos sintiendo dolor, ahí hay una lección. Confía en esa idea. Algo se está resolviendo en nosotros. La respuesta no vendrá de las conductas adictivas o de otras conductas compulsivas; recibiremos la respuesta cuando sintamos nuestros sentimientos.
Se necesita valor para estar dispuestos a permanecer quietos y sentir lo que debemos sentir. A veces tenemos en nuestro interior lo que parece ser infinitas capas de dolor. El dolor duele. La pena duele. La tristeza duele. No se siente bonito. Pero tampoco se siente uno bien al negar lo que ya está ahí, tampoco se siente uno bien viviendo una vida entera con bolsas nuevas y viejas de dolor empacado, guardado y amontonado dentro.
Dolerá un rato, no más tiempo del necesario para curarnos. Podemos confiar en que si hemos de sentir dolor, eso es parte de la curación, y es bueno. Podemos ponernos en disposición de aceptar y de someternos a los inevitables sentimientos dolorosos que son una buena parte de la recuperación.
Ir con la corriente, aunque la corriente nos lleve por sentimientos incómodos. El alivio, la libertad, la curación y los sentimientos positivos están del otro lado.
Hoy estoy abierto y dispuesto a sentir lo que necesito sentir. Estoy dispuesto a dejar mis conductas compulsivas. Estoy dispuesto a dejar ir mi negación. Estoy dispuesto a sentir lo que necesito sentir para curarme, para sanar.
VIDEO
https://youtu.be/JvUmR-CS1oI
LECCIÒN SEPTIEMBRE 09
Perspectiva
Muy a menudo tratamos de tener una perspectiva clara antes de tiempo.
Eso siempre nos vuelve locos.
No siempre sabemos por qué están ocurriendo las cosas de ese modo.
No siempre sabemos cómo resultará una relación en particular. No siempre entendemos el origen de nuestros sentimientos, por qué se nos ha llevado por un sendero en particular, qué se está resolviendo en nuestro interior, qué estamos aprendiendo, por qué necesitamos experimentar reciclajes, por qué tuvimos que esperar, por qué necesitamos pasar un tiempo de disciplina, o por qué se cerró una puerta. Cómo resultarán nuestras circunstancias actuales en el esquema mayor de eventos no siempre nos queda claro. Así es como necesita ser.
La perspectiva vendrá en retrospectiva.
Podemos hacer un esfuerzo excesivo durante horas hoy para comprender el significado de algo que puede venirnos en un instante el año que viene.
Déjalo ir. Dejemos ir nuestra necesidad de averiguar las cosas para sentirnos en control.
Ahora es tiempo de ser. De sentir. De pasar por ello. De permitir que las cosas sucedan. De aprender. De dejar que tome su curso lo que sea que se esté resolviendo en nuestro interior.
Ya pasada la ocasión, lo sabremos. Lo veremos claro. Por hoy, basta con ser. Se nos ha dicho que todas las cosas surtirán efecto para bien de nuestra vida. Podemos confiar en que así ocurrirá, aunque no podemos ver el lugar que ocupan los eventos de hoy dentro del panorama más amplio.
Hoy dejaré que las cosas sucedan sin tratar de averiguarlo todo. Si hoy no dispongo de claridad, confiaré en que vendrá más tarde, en retrospectiva. Confiaré simplemente en la verdad de que todo está bien, en que los eventos se están desarrollando como deben, y que todo se resolverá para bien de mi vida, mejor de lo que puedo imaginar.
VIDEO
https://youtu.be/ylzXScpHeXk
LECCIÒN SEPTIEMBRE 10
Auto aprobación
La mayoría de nosotros queremos caer bien. Queremos que los otros piensen que somos agradables, amistosos, amables y amorosos. La mayoría de nosotros queremos la aprobación de los demás.
Desde la niñez, algunos de nosotros hemos estado tratando de obtener aprobación, tratado de caerle bien a la gente y que ésta nos tenga en alta estima. Podemos tener miedo a que la gente nos deje si desaprueba nuestras acciones. Podemos buscar aprobación de gente que no tiene nada de aprobación que dar. Podemos no saber que somos dignos de amor ahora y que podemos aprender a aprobarnos a nosotros mismos.
Para poder vivir felices, para vivir consistentemente con la forma como nuestro Poder Superior quiere que vivamos, y para ceñirnos a un modo de vida que está en armonía con el universo, necesitamos dejar ir nuestra extremada necesidad de aprobación. Estas necesidades insatisfechas de aprobación y de amor de nuestro pasado le dan a los demás control sobre nosotros hoy. Estas necesidades pueden impedirnos actuar como mejor nos conviene y ser fieles a nosotros mismos.
Nosotros podemos aprobarnos solos. Al final, ésa es la única aprobación que cuenta.
Hoy dejaré ir mi necesidad de aprobación y mi necesidad de caer bien. Las remplazaré con la necesidad de caerme bien y de aprobarme yo misma. Disfrutaré la sorpresa que encontraré cuando lo haga. La gente que cuenta, incluyéndome a mí mismo, me respetará cuando me sea fiel a mí mismo.
VIDEO
https://youtu.be/ESTYJ43fyEU
LECCIÒN SEPTIEMBRE 11
Conflicto y desapego
En una relación hay esas épocas maravillosas en que las cosas transcurren suavemente para ambas personas, y ninguna de las dos necesita concentrarse demasiado en el concepto del desapego. Pero hay esas épocas desafiantes en que una persona está en crisis o está cambiando, y necesitamos desapegarnos.
Luego están también esos ciclos estresantes donde ambas personas están lidiando con cuestiones muy intensas.
Ambos están necesitados y ninguno tiene nada que dar.
Hay épocas en que desapegarnos y cuidar de nosotros mismos es difícil.
Es útil, en esos momentos, identificar el problema. Ambas personas están lidiando y curándose. Ninguna tienen mucho que dar, por lo menos por el momento. Y ambas se sienten particularmente necesitadas.
Ese es el problema.
¿Cuál es la solución?
Puede no haber una solución perfecta. El desapego sigue siendo la clave, pero puede resultar difícil cuando nosotros mismos necesitamos apoyo. De hecho, la otra persona puede estar pidiendo apoyo más que ofreciéndolo.
Aun así podemos trabajar con el desapego. Aun así podemos manejar nuestros sentimientos. Podemos aceptarlo como un ciclo temporal en la relación y dejar de estar buscando que la otra persona nos dé algo que él o ella no pueden dar por el momento.
Podemos también dejar de esperar que nosotros demos por el momento.
La comunicación ayuda. Identificar el problema y hablar acerca de él sin culpa ni avergonzar es un principio. Ingeniar sistemas de apoyo alternativos, o formas de satisfacer nuestras necesidades, ayuda.
Seguimos siendo responsables de cuidar de nosotros mismos, aunque estemos en la mejor de las relaciones. Podemos esperar razonablemente que los conflictos de necesidades y el choque de asuntos por resolver se den en las relaciones más amorosas, más sanas.
Es uno de los ciclos del amor, de la amistad y de la familia. Si es una relación sana, la crisis no continuará indefinidamente.
Recuperemos nuestro equilibrio. La otra persona lo recuperará también. Podemos dejar de estar volviéndonos locos esperando que la otra persona esté equilibrada cuando no lo está.
Hablemos las cosas. Resolvamos las cosas. Mantengamos nuestras expectativas acerca de nosotros mismos, de los demás y de nuestras relaciones sanas y razonables.
Una buena relación será capaz de mantenerse y de sobrevivir a los malos tiempos. A veces, los necesitamos para que ambos podamos crecer y aprender por separado.
A veces, la gente que por lo general está ahí para apoyarnos no puede hacerlo. Podemos encontrar otra manera de cuidar de nosotros mismos.
Hoy recordaré que mis mejores relaciones tienen tiempos malos. Si el mal es la norma, consideraré cuánto de deseable es la relación. Si el mal tiempo es un ciclo temporal, practicaré el comprenderme a mí mismo y a la otra persona. Dios mío , ayúdame a recordar que la ayuda y el apoyo que quiero y necesito no viene nada más en forma de una sola persona. Ayúdame a estar abierto a opciones sanas para cuidar de mí mismo si no dispongo de mi sistema normal de apoyo.
VIDEO
https://youtu.be/5gmuru4T9-c
LECCIÒN SEPTIEMBRE 12
La curación
Debemos aprender a no impacientarnos con el lento proceso curativo del tiempo. Debemos disciplinarnos a nosotros mismos para reconocer que hay que seguir muchos pasos en el camino que va de la pena a la renovada serenidad..... Debemos anticipar estas etapas en nuestra convalecencia emocional: insoportable dolor, pena punzante, días vacíos, resistencia al consuelo, desinterés por la vida, que gradualmente van cediendo paso.. al nacimiento de un patrón de acción y de aceptación del irresistible desafío de la vida.
Joshua Loth Liebman
La recuperación es un proceso. Es un proceso gradual, un proceso de curación y un proceso espiritual, un viaje más que un destino.
Así como la codependencia cobra vida propia y es progresiva, así progresa también la recuperación. Una cosa lleva a la otra y las cosas –al igual que nosotros- mejoran.
Podemos relajarnos, hacer nuestra parte y dejar que ocurra el resto.
Hoy confiaré en este proceso y en este viaje que he emprendido.
VIDEO
https://youtu.be/jVIR_Mwhe1M
LECCIÒN SEPTIEMBRE 13
Tiempo de reprogramar
La recuperación no es trabajo cansado, no recompensado. Hay
tiempos de alegría y de descanso, tiempos en que cómodamente
practicamos lo que hemos aprendido. Hay épocas de cambio, épocas en
las que batallamos por aprender algo nuevo o por superar un problema
en particular.
Éstas son las épocas en las que lo que hemos estado practicando en
la recuperación empieza a mostrarse en nuestra vida. Esas épocas de
cambio son intensas, pero tienen un propósito.
También hay épocas en las que, a un nivel profundo, estamos siendo
“reprogramados”. Empezamos a dejar ir creencias y conductas. Podemos
sentirnos asustados o confundidos durante estas épocas.
Nuestras antiguas conductas o patrones podrán
no habernos funcionado, pero eran cómodos y familiares.
Durante estas épocas podemos sentirnos vulnerables, solos y
necesitados, como lo estamos en un viaje cuando no tenemos un mapa o
una linterna, y nos sentimos como si nadie hubiera pasado antes por
esta tierra.
Podemos no comprender lo que se está resolviendo en nuestro
interior. Podemos no saber adónde se nos está conduciendo.
117
Se nos está conduciendo. No estamos solos. Nuestro Poder Superior
está obrando lo mejor para traer a nosotros un verdadero cambio.
Otros han viajado por este camino también. Se nos conducirá hacia
alguien que pueda ayudarnos, alguien que pueda brindar las señales
que necesitamos.
Se nos está preparando para recibir tanta alegría y amor como
nuestro corazón puede albergar.
La recuperación es un proceso curativo. Podemos confiar en él,
aunque no lo comprendamos. Estamos justo donde necesitamos estar
dentro de este proceso; Estamos pasando exactamente por lo que
necesitamos experimentar. Y a donde estamos yendo es mejor que
cualquier lugar en el que hayamos estado.
Hoy, Dios Mío ayúdame a creer que los cambios por los que estoy
atravesando son para bien. Ayúdame a creer que el camino por el que
estoy viajando me llevará a un lugar de luz, de amor y de alegría.
VIDEO
https://youtu.be/6Bag5zfzdAQ
LECCIÒN SEPTIEMBRE 14
¿Qué es bueno para mí?
Cuando nos estemos escudriñando el alma, ya sea a causa de pequeñas o grandes decisiones que enfrentemos durante el día, podemos aprender a preguntarnos, ¿ Esto es bueno para mí?... ¿Es esto lo que realmente quiero?.... ¿Es esto lo que necesito?.... ¿Siento que esta es la dirección correcta para mí?...¿O estoy sucumbiendo al control y la influencia que a veces permito que otros tengan sobre mí?
No es un egoísmo enfermizo cuestionarnos si algo nos conviene. Esa es una vieja manera de pensar. Preguntarnos si algo es bueno para nosotros es una conducta sana de la que no tenemos por qué avergonzarnos, y que probablemente resultará conforme también a los mejores intereses de las otras personas.
No nos extraviaremos en el sendero egoísta de la autoindulgencia por preguntarnos si una cosa nos conviene. No nos desviaremos del plan que Dios tiene para nosotros. Al hacernos esta sencilla pregunta, participamos en dirigir nuestra vida hacia el bien y el propósito más alto; nos adueñamos de nuestro poder para mantenernos en autoestima.
Hoy empezaré a actuar conforme a mis mejores intereses. Lo haré con el entendimiento de que, en su momento, lo que elija no complacerá a todos los que me rodean. Lo haré con el entendimiento de que preguntarme si una cosa me conviene en último término me ayudará a asumir una verdadera responsabilidad por mi vida y por mis elecciones.
VIDEO
https://youtu.be/TiKgrmlldtI
LECCIÒN SEPTIEMBRE 15
Atravesar tiempos difíciles
Somos seres tenaces. Pero, de muchas maneras, somos frágiles. Podemos aceptar el cambio y la pérdida, pero esto lo hacemos a nuestro propio ritmo y a nuestro propio estilo. Y solamente nosotros y Dios podemos determinar ese momento.
Ya no seas codependiente
Los tiempos difíciles, los tiempos de estrés, no son todo lo que hay en la vida, pero sí son parte de la vida, del crecimiento, y del seguir adelante. Lo que hacemos con los tiempos difíciles, o con la energía difícil, es elección nuestra.
Podemos utilizar la energía de los tiempos difíciles para resolver nuestros asuntos. Podemos usarla para afinar nuestras habilidades y nuestra espiritualidad. O podemos atravesar estas situaciones sufriendo, almacenando amargura y rehusándonos a crecer o a cambiar.
Los tiempos difíciles nos pueden motivar y moldear para sacar lo mejor de nosotros mismos. Podemos usar estas épocas para adelantar y subir a niveles más altos de vivir, de amar y de crecer.
La elección en nuestra. ¿ Nos dejaremos sentir? ¿Adoptaremos una actitud espiritual, incluyendo en ella la gratitud, hacia el evento?
¿Le preguntaremos a la vida y a nuestro Poder Superior qué es lo que se supone que debemos estar aprendiendo y haciendo? ¿O utilizaremos el incidente para probar creencias viejas, negativas? ¿Diremos... “A mí nunca me pasa nada bueno... Sólo soy una victima... No se puede confiar en la gente.... La vida no vale la pena vivirla?”
No siempre requerimos de la energía difícil, o estrés, para motivarnos a creer y a cambiar. No tenemos que crear estrés, buscarlo o atraerlo. Pero si está ahí, podemos aprender a canalizarlo para crecer y utilizarlo para lograr lo que es bueno en la vida.
Dios mío, permite que mis tiempos difíciles sean épocas de curación.
VIDEO
https://youtu.be/Utvwm-CNWpE
LECCIÒN SEPTIEMBRE 16
Venganza
No importa cuánto tiempo llevemos en recuperación, no importa qué sólido sea nuestro fundamento espiritual, podemos sentir aún un abrumador deseo de castigar a otra persona o de desquitarnos de ella.
Queremos venganza.
Queremos que la otra persona sufra como nos ha hecho sufrir a nosotros. Queremos ver que la vida le dé a esa persona su justa recompensa. De hecho, nos gustaría ayudarle a la vida a hacerlo.
Esos son sentimientos normales, pero no tenemos que actuar conforme a ellos. Esos sentimientos son parte de la ira que sentimos, pero no es nuestra labor administrar justicia.
Podemos permitirnos sentir la ira. Es útil ir un paso más profundo y dejarnos sentir los otros sentimientos: el daño, el dolor, la angustia. Pero nuestra meta es liberar esos sentimientos y acabar con ellos.
Podemos hacer responsable a la otra persona. Podemos responsabilizarla. Pero no es nuestra responsabilidad ser juez y parte. Buscar venganza activamente no nos ayudará. Nos bloqueará y nos retendrá.
Aléjate. Deja de jugar el juego. Desengánchate. Aprende tu lección.
Dale gracias a la otra persona por haberte enseñado algo valioso. Y acaba con ello. Ponlo detrás, con la lección intacta.
La aceptación ayuda. Lo mismo el perdón, no del tipo que invita a la persona a que nos use otra vez, sino un perdón que libere a la otra persona y lo deje en libertad de seguir un camino diferente, al tiempo que nosotros nos liberamos de nuestra ira y resentimiento.
Que nos libera para seguir nuestro propio sendero.
Hoy estaré tan enojado como tenga que estar, con la meta de acabar mis asuntos con los demás. Una vez que haya liberado mi dolor y mi ira, me esforzaré por perdonar sanamente, perdonar con límites.
Entiendo que los límites, aparejados con el perdón y la compasión, me llevarán hacia adelante.
VIDEO
https://youtu.be/3XUd2RwsMRY
LECCIÒN SEPTIEMBRE 17
Conductas con las nuevas relaciones
En la recuperación hablamos mucho acerca de las conductas que se siguen en las relaciones nuevas: permitirles a los demás ser ellos mismos sin reaccionar excesivamente y tomarnos las cosas en forma personal, y adueñarnos de nuestro poder para cuidar de nosotros mismos. Hablamos acerca de dejar ir nuestra necesidad de controlar, concentrándonos en la autoresponsabilidad, y en no disponernos a ser víctimas concentrándonos en la otra persona al tiempo que nos descuidamos a nosotros mismos. Hablamos acerca de tener y de fijar límites sanos, de hablar directamente y de asumir la responsabilidad por lo que queremos y necesitamos.
Aunque estas conductas ciertamente nos ayudan a lidiar con la gente adicta, no son conductas diseñadas sólo para utilizarse en lo que llamamos “relaciones disfuncionales”.
Estas conductas son nuestras nuevas conductas en las relaciones nuevas. Nos ayudan en las relaciones tirantes. Nos pueden ayudar a atravesar épocas de estrés en las relaciones sanas.
Las conductas de recuperación que estamos aprendiendo son herramientas –destrezas para tener relaciones sanas- que nos ayudan a mejorar la calidad de todas nuestras relaciones.
Recuperación significa cuidar de uno mismo –aprender a cuidarnos y a amarnos a nosotros mismos- con la gente. Cuanto más sanos nos volvamos, más sanas se volverán nuestra relaciones. Y nunca dejaremos de tener necesidad de conductas sanas.
Hoy me acordaré de aplicar mis conductas de recuperación a todas mis relaciones, con amigos y compañeros de trabajo, al igual que en cualquier relación amorosa especial. Trabajaré duro por cuidarme a mí mismo en las relaciones difíciles, averiguando qué habilidad sería mejor aplicar. También consideraré las formas como se podrían beneficiar mis relaciones sanas con mis nuevas destrezas para manejar relaciones.
VIDEO
https://youtu.be/GX8gc41nwfo
LECCIÒN SEPTIEMBRE 18
Deja que sucedan cosas buenas
Antes de la recuperación, mis relaciones eran pésimas. No me iba muy bien en mi trabajo. Estaba entrampado en mi familia disfuncional
¡Pero al menos sabía qué esperar!
Anónimo
Quiero que la segunda mitad de mi vida sea tan buena como la primera fue de desgraciada. A veces tengo miedo de que no sea así. A veces me asusta que pueda ser así.
Las cosas buenas pueden asustarnos. El cambio, incluso el cambio para bien, puede ser atemorizante. De alguna manera, los cambios para bien pueden ser más atemorizantes que las épocas difíciles.
El pasado, particularmente el de antes de la recuperación, puede haberse vuelto confortablemente familiar. Sabíamos qué esperar en nuestras relaciones. Eran predecibles. Eran repeticiones del mismo patrón, las mismas conductas, el mismo dolor, una y otra vez. Podrán no haber sido lo que queríamos, pero sabíamos lo que iba a suceder.
Esto no ocurre cuando cambiamos de patrones y empezamos la recuperación.
Podemos haber sido bastante buenos para predecir eventos en la mayor parte de las áreas de nuestra vida. Las relaciones serían dolorosas.
Nosotros viviríamos en privación.
Cada año sería casi una repetición del año anterior. A veces, las cosas se ponían un poco peor; otras un poco mejor, pero el cambio no era drástico. No hasta el momento en que empezamos la recuperación.
Entonces cambiaron las cosas. Y cuanto más progresamos en este milagroso programa, más cambiamos nosotros y nuestras circunstancias. Empezamos a explorar un territorio desconocido.
Las cosas se ponen bien. Se mejoran todo el tiempo. Empezamos a tener éxito en el amor, en el trabajo, en la vida. Un día a la vez, empiezan a ocurrir cosas buenas y la desgracia se disipa.
Ya no queremos ser víctimas de la vida. Hemos aprendido a evitar las crisis y traumas innecesarios.
La vida se pone buena.
“¿Cómo manejo las cosas buenas?”, preguntó una mujer. “Es más difícil y más extraño que el dolor y la tragedia.”
“Del mismo modo que manejábamos las experiencias difíciles y dolorosas”, le contesté. “Un día a la vez”.
Hoy, Dios mío, ayúdame a dejar ir mi necesidad de vivir en el dolor y en la crisis. Ayúdame a quitarme lo más pronto posible los sentimientos de tristeza y los problemas. Ayúdame a encontrar mi base y equilibrio en la paz, la alegría y la gratitud. Ayúdame a trabajar tan duramente por aceptar lo bueno como he trabajado de duro en el pasado para aceptar lo doloroso y lo difícil.
VIDEO
https://youtu.be/87ANrkXE-rQ
LECCIÒN SEPTIEMBRE 19
Disculpas
A veces actuamos de una manera que nos deja incómodos. Eso es humano. Por eso tenemos las palabras: “Lo siento”. Curan y cierran la brecha. Pero no tenemos por qué decir “lo siento” si no hemos hecho nada mal. Una sensación de vergüenza puede llevarnos a disculparnos de todo lo que hacemos, de cada palabra que decimos, por estar vivos y ser como somos.
No tenemos por qué pedir disculpas por cuidar de nosotros mismos, por manejar nuestros sentimientos, por fijar límites, por divertirnos o porque nos estamos curando.
No tenemos que cambiar nunca de rumbo, si éste es el que más nos conviene, pero a veces una disculpa general reconoce otros sentimientos y puede ser útil cuando no están claras las cosas en una relación. Podemos decir: “Siento mucho el pleito que tuvimos.
Siento mucho que te haya lastimado con lo que tuve que hacer para cuidarme a mí mismo; no tenía la intención de que así fuera.”
Una vez que pedimos una disculpa, no tenemos que seguirla repitiendo. Si alguien quiere seguirnos sacando una disculpa por el mismo incidente, eso es asunto de esa persona y no tenemos por qué dejarnos enganchar.
Podemos aprender a tomar seriamente nuestras disculpas y a no darlas cuando no sean válidas. Cuando nos sintamos bien con nosotros mismos, sabremos cuándo es momento de decir que lo sentimos y cuándo no.
Hoy trataré de ser claro y sano en mis disculpas, asumiendo responsabilidad por mis acciones y por las de nadie más. Dios mío, ayúdame a averiguar de qué necesito disculparme y qué no es responsabilidad mía.
VIDEO
https://youtu.be/jllLzsP2hqU
LECCIÒN SEPTIEMBRE 20
Espontaneidad
En la recuperación ¡Estamos aprendiendo a dejarnos ir! Estamos aprendiendo a ser espontáneos.
La espontaneidad puede asustarnos a algunos de nosotros. Podemos temer la pérdida de control que implica la espontaneidad. Podemos seguir operando aún bajo las reglas codependientes que prohíben la espontaneidad: sé bueno; sé correcto; sé perfecto; sé fuerte; no te diviertas; y estate siempre en control.
Podemos asociar la espontaneidad con el actuar de una manera adictiva, compulsiva, autodestructiva o irresponsable.
No es eso de lo que estamos hablando en la recuperación. La espontaneidad positiva implica expresar libremente lo que somos, de una manera divertida, sana, que no nos lastima y que no infringe los derechos de los demás.
Aprendemos a ser espontáneos y libres a medida que nos vamos haciendo más conscientes y vamos creciendo en autoestima. La espontaneidad surge a medida que se incrementa la confianza y la fe en nosotros mismos, y nos vamos sintiendo más seguros de nuestra capacidad de mantener límites sanos.
Ser espontáneos está en relación con nuestra capacidad para jugar y para lograr intimidad. Para llegar a todas esas deseables acciones, necesitamos ser capaces de dejar ir nuestra necesidad de controlarnos a nosotros mismos y de controlar a los demás, y entrar completa y libremente en el momento presente.
Deja ir la tirante rienda con que te detienes a ti mismo. ¿Qué importa si cometes un error? ¿Qué importa si te equivocas?.
Saborea tus imperfecciones. Permítete ser un poquito necesitado, un poquito vulnerable. ¡Corre un riesgo!
Podemos ser espontáneos sin hacernos daño a nosotros mismos o a los demás. De hecho, todo el mundo se beneficiará de nuestra espontaneidad.
Hoy tiraré el libro de reglas y disfrutaré de ser como soy. Me divertiré un poco con el regalo de la vida, de mí mismo y de los demás.
VIDEO
https://youtu.be/ERiXyHFlzEE
LECCIÒN SEPTIEMBRE 21
Deja ir la urgencia
Una cosa a la vez.
Eso es todo lo que tenemos que hacer. No dos cosas a la vez, sino una cosa hecha en paz.
Una tarea a la vez. Un sentimiento a la vez. Un día a la vez. Un problema a la vez. Un paso a la vez.
Un placer a la vez.
Relájate. Deja ir la urgencia. Empieza calmadamente ahora. Toma una sola cosa a la vez.
¿Ves cómo todo se arregla?
Hoy haré en paz una sola cosa a la vez. Cuando tenga dudas, haré primero lo primero.
VIDEO
https://youtu.be/_QG1ebeY8Dk
LECCIÒN SEPTIEMBRE 22
Confiemos en nosotros mismos
Muchos de nosotros creíamos que hacer caso a las palabras de Dios o de nuestro Poder Superior significaba seguir reglas rígidas, un libro de instrucciones para la vida.
Muchos de nosotros ahora creemos otra cosa. Las reglas rígidas, las instrucciones sin fin, la exhortación a la perfección, no son las palabras que murmura nuestro Poder Superior.
Las palabras de Dios a menudo son esas calmadas, pequeñas palabras que llamamos intuición o instinto, que nos van conduciendo y guiando adelante.
Somos libres de ser como somos, de escucharnos y confiar en nosotros mismos. Somos libres de escuchar las gentiles, amorosas palabras de un Poder Superior, las palabras murmuradas a nosotros y a través de cada uno de nosotros.
Hoy, ayúdame, Dios mío, a dejar ir las reglas rígidas basadas en la vergüenza. Escogeré la libertad par amar, para escuchar y para confiar.
VIDEO
https://youtu.be/jyrHX10KFaw
LECCIÒN SEPTIEMBRE 23
Tolerancia
Practica la tolerancia.
Toleramos nuestros arranques, nuestros sentimientos, nuestras reacciones, nuestras peculiaridades, nuestra humanidad. Toleramos nuestros altibajos, nuestra resistencia al cambio, nuestra naturaleza batalladora y a veces difícil.
Toleramos nuestros miedos, nuestros errores, nuestra tendencia natural a escondernos de los problemas y del dolor. Toleramos nuestra vacilación a acercarnos a la gente, a mostrarnos, ser vulnerables.
Toleramos nuestra necesidad de sentirnos a veces superiores, avergonzados y compartir ocasionalmente el amor como iguales. Toleramos la forma como progresamos, unos cuantos pasos adelante y dos para atrás.
Toleramos nuestro deseo instintivo de controlar y cómo renuentemente aprendemos a practicar el desapego. Toleramos la forma como decimos que queremos amor, y luego a veces hacemos que se alejen los demás.
Toleramos nuestra tendencia a volvernos obsesivos, a olvidarnos de confiar en Dios y, ocasionalmente, a quedarnos atorados.
Hay algunas cosas que no toleramos. No toleramos conductas abusivas o destructivas en contra de los demás o de nosotros mismos.
Practiquemos una sana, amorosa tolerancia hacia nosotros mismos, dijo un hombre.
Cuando lo hagamos, aprenderemos a tolerar a los demás. Luego, vayamos un paso más allá. Aprendamos que toda la humanidad que estamos tolerando es lo que nos hace bellos a nosotros y a los demás.
Hoy seré tolerante conmigo mismo. A partir de ello, aprenderé a ser adecuadamente tolerante con los demás.
VIDEO
https://youtu.be/uVNk4dt3_I4
LECCIÒN SEPTIEMBRE 24
Permitámonos tener necesidades
Podemos aceptarnos a nosotros mismos como gente que tiene necesidad, la necesidad de consuelo, de amor, de comprensión, de amistad, de un sano contacto. Necesitamos refuerzo positivo, alguien que nos escuche, alguien que nos dé. No somos débiles por necesitar estas cosas. Estas necesidades nos hacen humanos y sanos. Satisfacer nuestras necesidades –creer que merecemos satisfacerlas- nos hace felices.
Hay épocas, también, en que además de nuestras necesidades normales, estamos particularmente necesitados. En esas épocas, necesitamos más de lo que podemos dar. Eso también está bien.
Podemos aceptar e incorporar nuestras necesidades y nuestra parte necesitada, a todo nuestro ser. Podemos asumir la responsabilidad por nuestras necesidades. Eso no nos hace débiles o deficientes. Eso no significa que no nos estemos recuperando adecuadamente, ni tampoco significa que seamos dependientes de una manera enfermiza.
Hace gobernables nuestras necesidades y a nuestra parte necesitada.
Nuestras necesidades dejan de controlarnos, y recuperamos el control.
Entonces, nuestras necesidades empiezan a ser satisfechas.
Hoy aceptaré mis necesidades y mi parte necesitada. Creo que merezco satisfacer mis necesidades, y permitiré que eso suceda.
VIDEO
https://youtu.be/nm8OHrC76Pg
LECCIÒN SEPTIEMBRE 25
En paz con el pasado
Ni Dios puede cambiar el pasado.
Agatón
Aferrarse al pasado, ya sea a través de la culpa, de la nostalgia, de la negación o del resentimiento, es un desperdicio de valiosa energía, de energía que se puede usar para transformar el hoy y el mañana.
“Yo solía vivir en mi pasado”, dijo una mujer en recuperación. “O bien estaba tratando de cambiarlo, o estaba dejando que me controlara. Por lo general eran ambas cosas”.
“Constantemente me sentía culpable de cosas que habían sucedido. De cosas que yo había hecho; de cosas que otros me habían hecho a mí, aunque había reparado casi todos los daños, la culpa me embargaba. De alguna manera, todo era mi culpa. Simplemente, nunca pude dejarlo ir.”
“Me aferré a la ira durante años, diciéndome a mi misma que era justificada. Estaba en negación acerca de muchas cosas. A veces, trataba de olvidarme absolutamente de mi pasado, pero nunca me detuve a analizarlo realmente; mi pasado era como una nube oscura que me perseguía, y del cual no me podía sacudir. Supongo que me asustaba dejarlo ir, que le temía al hoy, que le temía al mañana.”
“He estado en recuperación durante años, y me ha llevado casi los mismos años tener una perspectiva adecuada de mi pasado. Estoy aprendiendo que puedo olvidarlo; necesito curarme de él. Necesito sentir y dejar ir cualquier sentimiento que aún tenga, especialmente la ira.”
“Necesito dejar de culparme a mí misma por los eventos dolorosos que ocurrieron y confiar en que todo ha sucedido de acuerdo con lo programando y que verdaderamente todo está bien. He aprendido a dejar de tener remordimientos, a sentirme agradecida”.
“Cuando pienso en el pasado, le doy gracias a Dios por la curación y el recuerdo. Si ocurre algo que necesite de una reparación, lo hago y termino con ello. He aprendido a ver mi pasado con compasión hacia mi misma, confiando en que mi Poder Superior tenía el control, incluso entonces”.
“Me he curado de algunas de las peores cosas que me pasaron. He hecho las paces conmigo misma acerca de estas cuestiones y he aprendido que curarme de algunas de ellas me ha permitido ayudar a los otros a curarse también. Soy capaz de ver cómo las peores cosas me ayudaron a formar mi carácter y a desarrollar algunas de mis facetas más sutiles.”
“Incluso he llegado a desarrollar gratitud por mis relaciones fracasadas porque ellas me han llevado a ser quien soy y a encontrarme donde me encuentro hoy.”
“Lo que he aprendido ha sido la aceptación, sin culpa, sin ira, sin culpar y sin vergüenza. He tenido incluso que aprender a aceptar los años que pasé sintiéndome culpable, enojada, avergonzada y culpando a los demás.”
Nosotros no podemos controlar el pasado. Pero podemos transformarlo permitiéndonos curarnos de él y aceptándolo con amor a nosotros mismos y a los demás. Lo sé, porque esa mujer soy yo.
Hoy empezare a sentir gratitud por mi pasado. No puedo cambiar lo que ocurrió, pero puedo transformar el pasado adueñándome de mi poder, ahora, para aceptar, para curarme y para aprender de él.
VIDEO
https://youtu.be/GcIkJnZ1TRU
LECCIÒN SEPTIEMBRE 26
Sintámonos protegidos
Nuestra tarea no es una tarea ingenua de sentirnos a salvo, de vivir y de amar en un mudo utópico. Una mujer comentaba que nuestra tarea es hacernos sentir a salvo al tiempo que aprendemos a vivir y a amar en un mundo que es inseguro.
No queremos morar en los peligros, porque eso le da poder a lo negativo. Tampoco queremos ignorarlos o pretender que no existen.
Si fuéramos a tomar un baño de sol, no seríamos ingenuos acerca de los peligros del sol. Sabemos que los rayos dañinos pueden quemarnos. Tomaríamos medidas para protegernos, para que pudiéramos disfrutar de los beneficios del sol.
Esa es nuestra tarea en la recuperación.
Esto es lo que una mujer, una profesional de la salud, me dijo:
Imagina un filtro que te rodea. Colócalo alrededor de ti, no tan pesado y grueso que no pueda penetrar la luz, ni tan delgado que te expongas al peligro.
Mírate a ti misma protegida por un filtro efectivo. Asegúrate de que el filtro esté abierto a lo bueno. Por un tiempo, tu filtro era demasiado grueso. No dejaba pasar lo que tú querías. Ahora, cámbialo para que deje entrar lo bueno.
Este es tu filtro para la vida y para el mundo. Míralo. Imagínatelo siempre rodeándote. El te envuelve de amor, de consuelo, de protección. No puede entrar nada perjudicial. Ninguna energía negativa puede penetrar ese filtro.
Vete en paz; vete a salvo; vete, ahora, sabiendo que estás protegida. Ve adonde necesites ir. El mal ha sido bloqueado; se está derramando la buena voluntad. No tienes que trabajar tan duro por protegerte. Puedes relajarte y disfrutar de la vida, confiando en que estás segura. Vete sin miedo, pues estás envuelta en amor y protección. Y siempre lo estarás.
Hoy me imaginaré envuelta en un escudo que bloquea los rayos negativos y perjudiciales del mundo, pero que está construido de forma que pueda entrar el bien.
VIDEO
https://youtu.be/KeQn0eDm9iQ
LECCIÒN SEPTIEMBRE 27
Retrocesos temporales
A veces, después de empezar la recuperación, las cosas parecen empeorar en nuestra vida por un tiempo. Nuestras finanzas, nuestras relaciones o nuestra salud pueden parecer deteriorarse.
Esto es temporal; ésta es una parte normal de la recuperación y de la curación. Puede ser que las cosas sean así durante un tiempo, pero no demasiado.
Sigue trabajando en la recuperación, y la tendencia se revertirá.
En poco tiempo, las cosas, y nosotros, estaremos mejor que estábamos antes. Esta vez, la base será sólida.
Dios mío, ayúdame a confiar en Ti y en la recuperación, aunque tenga retrocesos. Ayúdame a recordar que los problemas son temporales y que cuando se solucionen, estaré en un terreno más firme.
VIDEO
https://youtu.be/R861GSI7nUM
LECCIÒN SEPTIEMBRE 28
Plegaria
He aquí algunas de mis plegarias favoritas:
Ayúdame. Por favor. Abstente.
Enséñame. Guíame. Cámbiame.
¿Estás ahí?
¿Por qué hiciste eso?
Ah
Gracias
Hoy le diré a Dios lo que quiero decirle y escucharé la respuesta de Dios. Recordaré que puedo confiar en Él.
VIDEO
https://youtu.be/cm7EbKvC8W4
LECCIÒN SEPTIEMBRE 29
La importancia del dinero
No podemos darnos el lujo de permitir que nuestro interés principal en la vida sea el dinero. Eso no nos llevará a la abundancia que estamos buscando. Por lo general, ni siquiera nos llevará a la estabilidad económica.
El dinero es importante. Merecemos que se nos pague lo que valemos.
Se nos pagará lo que valemos cuando creamos que lo merecemos. Pero a menudo fracasan nuestros planes cuando nuestra consideración principal es el dinero.
¿Qué es lo que realmente queremos hacer? ¿Qué nos sentimos conducidos a hacer? ¿ Qué nos están diciendo nuestros instintos?
¿Qué nos sentimos guiados a hacer? ¿Qué nos emociona hacer? Busca una manera de hacer eso, sin preocuparte por el dinero.
Considera los aspectos económicos. Fija límites acerca de lo que necesitas que te paguen. Sé razonable. Espera empezar desde abajo y trabaja para subir. Pero si te sientes conducido hacia un trabajo, ve por él.
¿Hay algo que realmente no queramos hacer, algo que va contra nuestra fibra, pero que estamos tratando de obligarnos a hacer “por dinero”? por lo general, ésa es una conducta que hace salir el tiro por la culata. No funciona. Nos hacemos desgraciados a nosotros mismos, y lo del dinero por lo general tampoco sale bien.
He aprendido que cuando me soy fiel a mí misma acerca del trabajo y de lo que necesito estar haciendo, el dinero viene solo. A veces no es tanto como yo quiero; a veces soy gratamente sorprendida, y es más. Pero estoy contenta y tengo lo suficiente.
El dinero es una consideración, pero no puede ser nuestra consideración primordial si estamos buscando seguridad espiritual y paz interior.
Hoy tomaré en cuenta el dinero, pero no permitiré que se convierta en mi principal consideración. Dios mío, ayúdame a serme fiel a mí mismo y a confiar en que fluirá el dinero.
VIDEO
https://youtu.be/_e4mlJk95JE
LECCIÒN SEPTIEMBRE 30
Una víctima no
No eres una víctima.
¡Cuán inculcada puede estar nuestra autoimagen como víctima!
¡Cuán habituados estamos a sentirnos desgraciados e impotentes! La victimización puede ser un velo gris que nos rodea, atrayendo aquello que nos victimará y haciendo que generemos los sentimientos de victimización.
¡La victimización puede ser tan habitual que incluso podemos sentirnos victimados por las cosas buenas que nos suceden!
¿Tienes un coche nuevo? Si, suspiramos, pero no corre tanto como yo esperaba, y después de todo, costó tanto...
¡Tienes una familia tan bonita! Si, suspiramos, pero hay problemas.
Y hemos tenido épocas tan difíciles...
¡Bueno, ciertamente tu carrera va bien! Ah, suspiramos, pero hay que pagar tal precio por el éxito. Todo ese papeleo adicional....
He aprendido que si disponemos nuestra mente para ello, tenemos una increíble, casi aterradora capacidad para descubrir la desgracia en cualquier situación, aun en la más maravillosa de las circunstancias.
Con los hombros caídos, la cabeza gacha, vamos por la vida llevándonos sofocones.
Acaba ya con eso. Quítate el velo gris de la desesperación, de la negatividad y de la victimización. Arrójalo; deja que se lo lleve el viento.
No somos víctimas. Podemos haber sido victimados. Podemos haber permitido que se nos haya victimado. Podemos haber buscado, creado o recreado situaciones que nos victimaron. Pero no somos víctimas. Somos libres de pararnos al calor de la autorresponsabilidad.
¡Fija un límite! ¡Maneja la ira! ¡Dile a alguien no, o para eso!
¡Salte de una relación! ¡Pide lo que necesites! Elige y responsabilízate de ello. Explora opciones. ¡Date a ti mismo lo que necesitas! Quédate erguido, con la cabeza en alto, y reclama tu poder. ¡Reclama tu responsabilidad hacia ti mismo!
Y aprende a disfrutar de lo bueno.
Hoy me rehusaré a pensar, hablar, expresarme o actuar como víctima. En vez de ello, alegremente reclamaré la responsabilidad que tengo conmigo mismo y me concentraré en lo que es bueno y correcto en mi vida.
VIDEO
https://youtu.be/K1xojnzDnN4